Me he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque sé
que la habitas, no importa dónde, poblándola,
de sueños.
El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis manos,
que aún no se conforman, viudas inconsolables
de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste
y a veces les daría la libertad que exigen para volver a ti, con el
helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí,
que si me muero a ti te moriría.
que la habitas, no importa dónde, poblándola,
de sueños.
El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis manos,
que aún no se conforman, viudas inconsolables
de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste
y a veces les daría la libertad que exigen para volver a ti, con el
helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí,
que si me muero a ti te moriría.
Poesia Juan Gelman que analizamos en la clase de literatura hoy :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario