" Quedaron ellos dos solos y el 168 pareció de golpe más pequeño. más gris, más bonito. Clara encontró bien y necesario que el pasajero se sentara a su lado, aunque tenia todo el ómnibus para elegir. Él se sentó y los dos bajaron la cabeza y se miraron las manos. Estaban ahí, eran simplemente manos; nada más. "
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